viernes, 19 de marzo de 2010

al sur




escampa la llovizna y vuelve el sol poco antes de salir de la estación. vuelve también el cobre y el amarillo a subir a los árboles y a los muros, al aire y los rastrojos que levanta el tráfico cuando bordeamos el agua, subidos en el safflebussen en la autovía de salida de la ciudad. tiempo brillante de otoño detenido y pasado en la piel y en los ojos para el próximo invierno.


ocupamos asientos contiguos junto al conductor y vemos venir la cinta negra de la carretera hacia nosotros. además de asientos reservados para mujeres embarazadas, los hay para personas que padecen alergia a materiales como el fieltro o el plástico. por eso están reservados en la parte delantera del autobús.


la ruta es rectilínea en muchos tramos, una llanura verde, ancha, que no termina con la velocidad, sin árboles apenas. solo la extensión verde y horizontal, inmensa, desnuda de vegetación y sin reclamo publicitario alguno. se descansa la vista hasta el aburrimiento. muy de vez en cuando, una casa roja o de color castaño, alguna granja al fondo rompe la línea continua.


dormimos algún tramo y al despertar la carretera sigue llegando hacia nostros lisa, sin notas dominantes. compartimos el viaje con chavales jóvenes en su mayoría. parejas, algún grupo. ellos sí duermen, es la mejor manera de pasar 200 kilómetros de país verde, interior, sin lagos ni ríos. la luz del sol va perdiendo fuerza, decae frente al cristal del conductor que nos lleva a lidköping.


sábado 27 / 9 / 03




ahora llueve. la parte de atrás del apartamento -tranquilo, espacioso- da a una calle comercial de gamla stan, ya no recuerdo el nombre. hay escaparates antiguos de lencería y ropa de mujer, tiendas de diseño, puestos de souvenirs. silencio y paraguas de colores en movimiento, pasos bajo cielo gris y paredes ocres y azafrán, rumor acompasado para acabar de recoger, hacer maletas, desayunar y dar un último paseo por el barrio.


compro un dibujo a carbón bien enmarcado. una camiseta para miguel. y alguna otra cosa en una tienda kitsch años 60. en el hall del edificio del museo nobel hay un cable continuo en movimiento que recorre la sala por lo alto y de donde cuelgan como pasquines pequeños paneles de metal deslizante con fotos en blanco y negro de los premiados a lo largo del tiempo. rostros que van pasando lentamente por encima de nuestras cabezas. un lugar íntimo, sin alardes.


los adoquines brillan al mojarse. continúa lloviendo cuando nos dirigimos hacia la estación de autobuses con antelación, para comer algo y esperar la hora de salida. los billetes los compramos hace un par de días en la central station. nos vamos 400 kilómetros al sur, a lidköping, vía orëbro. allí nos espera c. nos alojaremos en su casa.


domingo, 7 de marzo de 2010

djurgärden




en suelo firme, encuentro a m. sentada en un banco y coincidimos en que podríamos comer. salimos del recinto por el hermoso y amplio patio rojo -que han pisado entre otros, poetas como yeats, t.s. elliot, juan ramón, vicente aleixandre, elytis, joseph brodsky, szymborska, seamus heaney, gabriela mistral, octavio paz- del ayuntamiento en busca de un lugar propicio. encontramos unas calles más abajo por casualidad casa salceda. vino y embutidos con cartel ibérico. nos recuperamos suficientemente.


la tarde se pone desapacible y fría. cansancio al pasear por drotningätan. subimos al bus de la linea 3 -karolyn- que nos mete en un bucle. mejor, pillar el transbordador hasta los jardines de skansen, junto al inmenso parque-isla de djurgärden. hace frío y hay que subirse las solapas. desde la cubierta del barquito, los muelles, las pequeñas elevaciones del terreno firme, los árboles enormes, las construcciones aisladas dan la sensación de adentrarnos por un tiempo en otro país dentro de la ciudad, en este dédalo de islas y de agua.


ida y vuelta en el transbordador hasta skeppsbrön, el muelle del barrio viejo. como la tarde sigue cerrada, compramos algo para cenar y nos vamos tranquilamente a casa. impresiones, imágenes de la última jornada, ese momento en que de algún modo se empieza a formar parte -aunque sea muy poco- de la respiración de la ciudad, mientras cenamos con estupenda cerveza del país. un rato de lectura y a la piltra que mañana hay que recoger y hacer las maletas para viajar al sur.


sábado, 6 de marzo de 2010

torre



subir a la torre del ayuntamiento es arduo. m. se queda abajo, en un banco de los jardines que dan a norrmälstrand. llego fatigado hasta la cúpula y me asomo al balcón de metal verdoso. la vista abarca el centro de la ciudad, gamla stan queda enfrente, a la derecha sodermälm. el lago mälaren rodeando la isla.


durante un buen rato trato de identificar los lugares por donde hemos pasado, las otros panoramas de la ciudad. entre el sol neblinoso veo los barcos de paseo anclados en el muelle. la geometría exacta de los jardines, el tráfico urbano un poco mas allá, el metro en dirección a la central station. llega el rumor de la ciudad amortiguado por el agua y la altura.


intento no pensar dónde estoy y acostumbrar la retina a que capte los mínimos detalles que tanta gente ha visto, pero que sin embargo ahora son y después serán únicos: este día de sol casi otoñal, el cielo de septiembre, el viento en la cara que se desliza entre los recovecos de la torre a varios miles de kilómetros de casa.


lunes, 22 de febrero de 2010

stadhüset





la breve excursión campestre termina cuando el tren pendeltäg nos devuelve en algo más de media hora al centro de la ciudad, a radhüset, estación central de tránsito rápido bajo el palacio de justicia, en las proximidades del ayuntamiento. al igual que otras estaciones en el metro de estocolmo, es un ejemplo de arquitectura orgánica, que deja la roca viva expuesta en forma de cuevas comunicadas.


una vez arriba aparecemos en bergsgatän y ante nosotros se abre un barrio antiguo, flanqueado por parques de robles y castaños centenarios, edificios de piedra, iglesias como la kungsholms kyra, librerías de lance y tiendas de grabados y litografías en un mediodía casi otoñal, amarillo y cobrizo. en una plaza encontramos un mercado ambulante donde ofrecen fruta y productos
de alimentación y ropa.


seguimos calle abajo sin rumbo fijo aunque los pasos nos lleven paralelos a norrmälarstrand, un largo paseo que corre junto a la orilla del lago mälaren y que acaba a las puertas del ayuntamiento de la ciudad, stadhus, encargado al arquitecto ragnard östberg y construido con ladrillos rojos munktegel entre los años 1911 y 1923.


lunes, 15 de febrero de 2010

viernes 26 / 09 / 03





sol y nubes. vamos a conocer las afueras de la ciudad. hacia el sur en metro elevado viendo pasar a través de puentes alguna zona residencial. cruzamos de una isla a otra, punteadas de casas rojas tocando el agua, barcos pequeños de recreo, zonas de pesca, embarcaderos rodeados de bosque y más nubes.


transbordo en la estación de pendeltäg -cercanías-. nos dirigimos por tierra firme un buen trecho dejando atrás barrios dormitorio, arrabales, torres de apartamentos, edificios iguales y entorno muy poblado al principio que de forma perceptible va cambiando hacia lugares más aislados con casas bajas.


el pendeltäg continúa hacia el sur y bajamos en una estación a medio camino entre campo y ciudad. hace sol y nos quedamos un rato en el apeadero para tomar el tren de vuelta. en el andén hay gente que espera para dirigirse al centro, mujeres, trabajadores inmigrantes, dos turistas.


martes, 9 de febrero de 2010

fasching natt





recuperados de la pájara sueca estamos otra vez en la calle. faltaba sólo atravesar el cruce de un semáforo en la avenida para divisar el cartel luminoso. el fasching está flanqueado por un teatro y un casino. es uno de los clásicos de estocolmo. largo y rectangular, dos pisos, ladrillo visto rojo en las paredes a tono con las cortinas del escenario, mesas negras.


nos sentamos y pedimos cerveza. charlamos y mientras va llenándose el local poco a poco. le he dicho a m. que me suena uno de los tipos que tocan, nada más. en realidad no sé qué vamos a escuchar. jazz, eso sí. poco más. pienso que igual no le gusta y se lo digo. ella insiste en que lo que haya le parecerá bien. vale.


de las paredes cuelgan fotos de músicos que han pasado por allí: miles, dizzy gillespie, chet baker, stan getz, y otros clásicos incondicionales del lugar que no recuerdo ahora. esta noche el turno es para un trío liderado por palle danielsson, veterano kontrabas sueco nacido en el 46, al que acompañan dos lechones: fredrik rundkvist, trummor (batería) del 70, y otro fredrik, nordström, tenorsax del 74.


no es muy armónico lo que empieza a sonar al cabo de un rato. es jazz made in sweden un tanto abrupto, extrovertido. post-bebop si hacemos caso de las etiquetas. pero aunque suene pedregoso, la música tiene la virtud de ablandar el espíritu con la cerveza y la noche y la atmósfera cálida después de un día como éste.


estamos lejos de casa a finales de septiembre, hay días por delante en la ciudad brillante rodeada de mar, hecha de islas. ahora empiezan otras vacaciones. serán tan diferentes como uno quiera. el otoño aquí llega un poco más temprano, y al salir a la calle, las 11 de la noche , caminamos un rato por calles desconocidas, apartamentos bajos y entradas con jardín hasta una avenida amplia. la brisa es fresca y buscamos el metro de vuelta al barrio viejo.



sábado, 6 de febrero de 2010

exterior / noche





atravesando el puente vasabrön y subiendo por vastgatan se llega a la espalda de la estación central de estocolmo. un poco más arriba, kungsgatan, la calle principal del barrio de norrmälm, una zona de teatros, bares y clubes al oeste de la ciudad. la ruta se nos enreda. se alarga demasiado porque hemos perdido el rumbo y en realidad no sabemos por dónde andamos.


nuestra idea es llegar al jazzklubb fasching, música en directo los viernes y sábados. aunque intuimos que estamos cerca, el cansancio acumulado de todo el día, la sensación de haber caminado demasiado y el haber preguntado en varios sitios equivocados -entre otros, a una sonriente funcionaria miope en el hall de un teatro municipal de los años 60- hace que tengamos la sensación de flotar sin rumbo fijo entre barrios, estilos, tiempos. ahora es de noche.


puesto que hay margen suficiente para llegar al fasching, decidimos entrar a tomar algo en un pequeño establecimiento de panadería con dos mesas, en plena kunsgatan. regentado por un hombre de tez morena, ofrece también ensaladas caseras, quich y cerveza. eso es lo que engullimos, y a tiempo, porque de verdad lo necesitamos.


viernes, 5 de febrero de 2010

absolut




descanso después del trayecto sur. volvemos a casa para reponer fuerzas. la luz se ha ido perdiendo despacio en el trayecto y la iluminación de la calle deja ver la entrada de casas y de edificios públicos. puertas bien pulidas, pasadores gastados, entradas repintadas con esmero que parecen nuevas. un cuidado especial en mantener en buen uso los elementos cotidianos. sin cambiarlos. manejar lo nuevo con lo usado.


pasamos frente a un establecimiento de venta de licores. aislado en la esquina de la manzana, parece una mezcla de joyería blindada y antigua estación de policía. tiene muros de piedra gruesa y ventanas con barrotes y cristal reforzado. se pueden ver detrás estanterías iluminadas repletas de toda clase de alcoholes. botellería impecablemente expuesta: los mejores vodkas del país y aledaños, oporto, grappa, sherry, maltas, snapss, rones antillanos, vinos de todo el mundo alineados por origen o añada. una verdadera colección de melazas atrayente para el ojo, imposible para el bolsillo. hay vinos españoles de garcía carrión, incluso tetra brics de botellón a precios lamentables.


entramos. el lugar es más museo (o mausoleo) que tienda al por menor. comprar allí es un acto exclusivo, sacralizado o clandestino. donde el alcohol es algo más que un artículo de lujo. hay que salir con la botella oculta en una bolsa de papel marrón. igual que en las películas americanas de los tiempos de la prohibición.


martes, 2 de febrero de 2010

la isla del sur




götgattan es la calle de las tiendas de un barrio popular, híbrido y moderno: södermalm. conecta slussen, el originario lago que después fué tierra firme y ahora nudo terrestre -donde está södermalmstorg, la plaza más antigua de estocolmo- con skansull. se encamina de sur a norte y es bastante ondulada, según varíe el terreno.

tiendas a ambos lados de la calle, bolsos, ropa, diseño. cafés y bistrôts. escaparates que ni siquiera son pretenciosos. el flujo de la gente se mueve de norte a sur, es espeso, se bifurca y vuelve a encontarse en el nervio principal. en las bocacalles hay talleres, más tiendas de arte y de utensilios. siguiendo götgattan arriba, restaurantes y bares conviven con almacenes de ropa al por mayor y con supermercados, pequeños hoteles y kebabs.


medborgardplatsen marca aproximadamente la mitad del recorrido de götgattan. hay terrazas al aire libre, aparcaderos de bicis multitudinarios y la parada de t-bana, la red de metro de la ciudad. a la izquierda, detrás de jardines tupidos, se adivina la enorme cúpula dorada de la islamiska farbundet sverige, la principal mezquita de estocolmo.


viramos a la izquierda y seguimos atravesando bocacalles algo más silenciosas. entramos en un barrio de casas de ladrillo rojo, un grupo de edificios antiguos alrededor de un bosque del tamaño de un parque al que se accede atravesando un arco. las calles de grava cruzan una extensión poblada de hayas y castaños inmensos.


la luz se va apagando y al mirar hacia el suelo m. y yo nos damos cuenta de que no estamos en un parque, sino en un camposanto. tumbas de mármol blanco, gris, ocre adornadas con flores. muertos y vivos conviviendo en un mismo jardín de la misma ciudad.


jueves, 28 de enero de 2010

katarinahissen




un tanto melancólicos, bálticos, vamos desde la maravillosa moseback terraza siguiendo una pasarela metálica a más de treinta metros del suelo hacia la plataforma que muestra el skyline de la ciudad. hasta aquí llega el ascensor que se toma a pie de calle, en slussen. construido en 1935 y conocido popularmente como katarinahissen.


la luz baja por el este, deja ver el perfil del ayuntamiento y de las torres del centro de la ciudad, los canales y los nudos del ferrocarril. puentes que atraviesan los espacios del mar entre una isla y otra. debajo de nosotros, en maqueta, dermalmstorg, central de metro, autobuses, espacio abierto o plaza que empieza a oscurecerse al tiempo que los anuncios luminosos toman el relevo.



miércoles, 27 de enero de 2010

södra





¿porque un molino se convierte en teatro? alrederdor de 1600 un pequeño molino y una fábrica coronan los cerros de söder, muro natural sobre el mar, a un tiro de piedra de götgatagan, la vía de acceso que divide el barrio en dos. en 1857 el molino se incendia y da lugar a una plaza: mosebake. desde 1770 centro de diversión y de placer. quizá alguna de sus tabernas acogió alguna noche helada a carl michel bellman, influyente y prolífico poeta nacional, para algunos un shakespeare a la sueca.


en el 800 la plaza acoge conciertos, un callejón de bolos, acróbatas y títeres. es ahí donde un tal wallman al calor de la farándula, construye el södra, el teatro del sur. tras el incendio de 1857 se reconstruye e inaugura tal como hoy lo conocemos.


al este del teatro se encuentra la moseback terraza, un mirador desde el que se domina la espléndida vista del centro de la ciudad que august strindberg describe en su novela la habitación roja.


cuando m. y yo llegamos al södra, se anuncia un concierto de mariza. preguntamos y sólo queda una entrada. el mirador nos consuela de la entrada que falta. está atardeciendo y nos quedamos callados ante semejante recordación.