martes, 9 de febrero de 2010

fasching natt





recuperados de la pájara sueca estamos otra vez en la calle. faltaba sólo atravesar el cruce de un semáforo en la avenida para divisar el cartel luminoso. el fasching está flanqueado por un teatro y un casino. es uno de los clásicos de estocolmo. largo y rectangular, dos pisos, ladrillo visto rojo en las paredes a tono con las cortinas del escenario, mesas negras.


nos sentamos y pedimos cerveza. charlamos y mientras va llenándose el local poco a poco. le he dicho a m. que me suena uno de los tipos que tocan, nada más. en realidad no sé qué vamos a escuchar. jazz, eso sí. poco más. pienso que igual no le gusta y se lo digo. ella insiste en que lo que haya le parecerá bien. vale.


de las paredes cuelgan fotos de músicos que han pasado por allí: miles, dizzy gillespie, chet baker, stan getz, y otros clásicos incondicionales del lugar que no recuerdo ahora. esta noche el turno es para un trío liderado por palle danielsson, veterano kontrabas sueco nacido en el 46, al que acompañan dos lechones: fredrik rundkvist, trummor (batería) del 70, y otro fredrik, nordström, tenorsax del 74.


no es muy armónico lo que empieza a sonar al cabo de un rato. es jazz made in sweden un tanto abrupto, extrovertido. post-bebop si hacemos caso de las etiquetas. pero aunque suene pedregoso, la música tiene la virtud de ablandar el espíritu con la cerveza y la noche y la atmósfera cálida después de un día como éste.


estamos lejos de casa a finales de septiembre, hay días por delante en la ciudad brillante rodeada de mar, hecha de islas. ahora empiezan otras vacaciones. serán tan diferentes como uno quiera. el otoño aquí llega un poco más temprano, y al salir a la calle, las 11 de la noche , caminamos un rato por calles desconocidas, apartamentos bajos y entradas con jardín hasta una avenida amplia. la brisa es fresca y buscamos el metro de vuelta al barrio viejo.



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