sábado, 23 de enero de 2010

contar un barco



el vasa se construyó en estocolmo bajo la supervisión del constructor naval holandés henrik hybertsson. ayudaron en la tarea carpinteros, ensambladores, escultores, pintores, vidrieros, maestros veleros, herreros y otros muchos artesanos. unas cuatrocientas personas trabajaron juntas en el vasa. tenía tres palos, podía llevar hasta diez velas, medía 52 metros de la punta del palo mayor a la quilla y 69 metros de proa a popa. pesaba 1200 toneladas. cuando se terminó, fue el navío de guerra más poderoso jamás construido. se emplearon dos años en su construcción


tenía que ser uno de los mejores navíos de la flota sueca. portaba 64 cañones, la mayoría de ellos de 24 libras. la flota sueca contaba con alrededor de veinte buques de guerra, pero ninguno como el vasa. con toda probabilidad, hubiera navegado hacia polonia, el mayor enemigo de suecia durante años.


el rey quería más cañones de lo habitual a bordo, lo que significaba que las dimensiones del barco ya no eran las adecuadas y los constructores ya no sabían qué hacer. así que se levantó con una superestructura muy alta, con dos cubiertas para cañones. el fondo del buque se rellenó con piedras a modo de lastre para mantener la estabilidad en el agua. sin embargo, al barco era demasiado pesado en la parte superior, y sus 1.200 toneladas de lastre no fueron suficientes.


el 10 de agosto de 1628, varios barcos de guerra reales se hicieron a la mar desde el puerto de estocolmo. el de mayor envergadura era el recién construido buque. para conmemorar tan solemne ocasión, se dispararon salvas de honor. cuando el vasa se deslizaba lentamente hacia la bocana del puerto, una repentina ráfaga de viento comenzó a soplar. pronto se escoró, aunque logró corregir su rumbo. una segunda ráfaga golpeó el costado del barco. el agua comenzó a entrar por las cañoneras yéndose rápidamente a pique. al menos 30 miembros, de un total de los 150 que componían la tripulación, se ahogaron.


el vasa tardaría 333 años en volver a ver la luz.


anders franzén, comenzó a buscar el vasa a principios de la década de los 50. desde niño, se había sentido fascinado por los restos que había cerca de la casa de sus padres en el archipiélago de la bahía de estocolmo. el molusco xilófago teredonavalis, que devora los restos de madera en aguas saladas, no prolifera en las aguas del báltico. anders comprendió la importancia de este descubrimiento y en 1956, después de topar con multitud de dificultades legales y técnicas redescubrió el vasa.


fue reflotado el 24 de abril de 1961 después de varios años de minuciosa y estricta preparación técnica subacuática y estructural. entonces se planteó el problema de su conservación. no se pueden dejar sin tratar restos de madera que han permanecido sumergidos en agua durante tres siglos. a la larga, la madera se cuartearía y acabaría fragmentándose.


al principio se roció el barco con agua mientras los expertos dilucidaban la mejor manera de conservarlo. se eligió como conservante el polietileno glicol, un producto ceroso soluble en agua que penetra lentamente en la madera y reemplaza al agua. se roció con esta solución durante varios años.


junto con el vasa se recuperaron cerca de 14.000 objetos de madera perdidos, incluidas 700 esculturas, que se conservaron primero de forma individual y luego vueltas a reunir en su ubicación original en el buque. la tarea ingente fue como resolver un auténtico rompecabezas.


los navíos de guerra del siglo XVII no eran sólo máquinas de guerra, también eran palacios flotantes. las esculturas recuperadas contenían restos de sobredorados y pinturas al aceite. los análisis modernos demuestran que estaban pintadas con colores llamativos sobre fondos rojos. las esculturas representaban animales, héroes bíblicos, criaturas marinas y deidades griegas, entre otras muchas escenas decorativas.


cuando el vasa se hundió, el tiempo se detuvo. la estructura que se reflotó en1961 era una pieza del siglo XVII que nadie había tocado. cada unode los miles de objetos que se recuperaron contaba una historia. entre ellos, se encontraban los restos de los miembros de la tripulación fallecidos, así como sus pertenencias y multitud de aparejos del propio buque.


entre el fango y los sedimentos del casco, se encontraron las seis velas que no estaban arboladas en el momento del hundimiento. son las velas más antiguas que se conservan; aunque eran tan débiles como la tela de araña antes de su proceso conservación.


ver el vasa de cerca, poder casi tocarlo con los dedos es una extraña y delicada operación sobre la piel del tiempo, a la vez real e imaginaria, como lo sería dentro de tres siglos rescatar una estación espacial fuera de òrbita que se hubiera perdido ayer en el espacio. donde encontrar antigua tecnolgía digital, circuitos integrados y materiales únicos entonces como el titanio o substancias derivadas del silicio. donde saber para qué y cómo se trasladaban los individuos en busca de otro mundo.


con más del 95 % de su estructura original y sus cientos de esculturas talladas, el vasa es el único barco del siglo XVII que ha sobrevivido hasta nuestros días.

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